Educomunicación y Buenas Prácticas en los nuevos escenarios tecnológicos: Análisis del Caso Gallego (España)
Educommunication and Good Practices in the new technological scenarios: Analysis of the Gallego case (Spain)
Mari-Carmen Caldeiro-Pedreira1:https://orcid.org/0000-0003-0160-3682
Ignacio Aguaded2 : https://orcid.org/0000-0002-0229-1118
DOI: http://dx.doi.org/10.21503/hamu.v6i1.1577
RESUMEN
El uso y acceso a las tecnologías de la información y comunicación se ha convertido en una realidad.
Actualmente hay casi más teléfonos que personas, además desde edades tempranas se utilizan múltiples
pantallas y se accede a Internet. Frente a esta realidad, conviene reflexionar sobre la necesidad de
que dos disciplinas de antaño separadas: la educación y la comunicación, aúnen sus esfuerzos para
que la totalidad de la ciudadanía esté alfabetizada. En este sentido, resulta fundamental que no solo
el profesorado sino también las familias alcancen un mínimo desarrollo de la competencia digital
que les permita enseñar a los menores a utilizar adecuadamente los dispositivos digitales. Asimismo,
y pese a la inexistencia de políticas educativas claras que amparen la educomunicación como un
contenido curricular ni en el contexto español ni en el gallego, se cuenta con iniciativas que responden
a los objetivos marcados por el informe DIGCOMP y por el Marco Común de Competencia
Digital Docente. Por lo que, en esta investigación con un diseño de estudio analítico-descriptiva
documental, se tuvo como objetivos el caracterizar el término educomunicación en relación con el
desarrollo de la competencia digital, así como el analizar la legislación educativa, concretamente del creacontexto
gallego en España y revisar buenas prácticas existentes para desarrollar la conciencia crítica,
autónoma y responsable a edades tempranas.
Una formación que no está regulada como tal ni en el contexto español ni en el gallego. Pese a todo,
existen buenas prácticas que, desde el ámbito educativo se están llevando a cabo. Las conclusiones
apuestan por una tarea conjunta entre el trabajo de la escuela y la familia que han de favorecer la
alfabetización de los menores.
Palabras Clave:Escenarios tecnológicos, educomunicación, educación infantil, buenas prácticas. ABSTRACT
The use and access to information and communication technologies have become a reality. Currently,
there are almost more phones than people. Multiple screens are used and the Internet is accessed
from an early age. Faced with this reality, it is convenient to reflect on the need for two formerly
separate disciplines: education and communication, to combine their efforts so that the entire citizenship
is literate. In this sense, it is essential that not only teachers but also families achieve a minimum
development of digital competence that allows them to teach children to properly use digital
devices. Likewise, and despite the lack of clear educational policies that assure educommunication
as a curricular content neither in the Spanish nor in the Galician context; there are still initiatives
that respond to the objectives set by the DIGCOMP report and the Common Digital Competence
Framework for Teachers. For this reason, in this research with a documentary descriptive analytical
study design, the objectives were to characterize the term educommunication in relation to the
development of digital competence, as well as to analyze educational legislation, specifically in the
Galician context in Spain and to review existing good practices to develop critical, autonomous and
responsible awareness at an early age. An area that is not regulated as such neither in the Spanish nor
in the Galician context. In spite of everything, there are good practices that are being executed from
the educational field. The conclusions convey a joint task between school and family that benefit the
literacy of children.
Keywords:Technological scenarios, educommunication, children education, good practices.
INTRODUCCIÓN
La ciudadanía en general y, de forma concreta
los menores utilizan los medios de comunicación
para entender el mundo, y buscar modelos
con los que se identifiquen (Sahuquillo, 2007;
Caridad-Sebastián & Ayuso-García, 2011). Una
realidad que, pese a la existencia de desigualdades
a nivel planetario en el acceso a Internet,
conforme avanza el tiempo, comienza a disiparse
(Pérez-Gutiérrez & Florido-Bacallao, 2011).
Además de la brecha de acceso, la de uso y la de
calidad de uso (Mendoza-Ruano & Caldera-Serrano,
2014) focalizan la atención dado que no
sólo impiden la inclusión digital, sino que favorecen
la discriminación socio-cognitiva al tiempo
que interfieren en el desarrollo de relaciones tanto
horizontales como verticales. Tales desigualdades
permiten que se ignoren gran parte de las posibilidades
que ofrecen los medios (Carlsson, 2013).
Especialmente en el caso de Internet, se obvian
potencialidades como son la adquisición y creación de conocimiento o la posibilidad de que se
comparta con fines no lúdicos ni perniciosos. En
este sentido, resulta clave una implicación marcada
por parte de la familia y de los educadores,
agentes básicos que, de forma marcada a edades
tempranas, han de responsabilizarse y promover
una educación mediática que permita a los menores
a mantener un rol participativo, reflexivo y
comprometido ante los medios.
En esta línea, deben primar y fortalecer el desarrollo
de la competencia mediática, una tarea
que compete no solo a las familias sino además a
los docentes; en este sentido, resulta fundamental
conocer factores tan relevantes como: la necesidad
de poder acceder a los recursos, tecnologías y
materiales audiovisuales; el desarrollo profesional
de manera continuada que permite abordar los
cambios y tener respuestas adecuadas a las nuevas
demandas; la colaboración entre familias, estudiantes,
docentes, administradores y profesionales
de los medios, para compartir conocimientos
y experiencias; y por último, la necesidad de investigar
sobre alfabetización mediática e informacional.
La totalidad de elementos harán posible la
continuidad y el avance alrededor de las mejores
prácticas de alfabetización, entendida esta última
como la disciplina que ofrece conocimientos no
solo instrumentales sino también axiológicos y
críticos que empoderan al sujeto para actuar de
forma responsable en la sociedad digital.
En este contexto, conviene señalar que la presencia
de los medios no conlleva la adquisición de
la competencia mediática, entendida esta última
como la habilidad que contribuye a la alfabetización
digital, es decir, la formación necesaria para
afrontar los cambios que suponen el uso masivo
en las diferentes facetas de la vida de las tecnologías
de la información y la comunicación, (Hobbs
& Coiro, 2019). Esta competencia resulta
imprescindible en el ecosistema mediático más
reciente, y está referida a la habilidad que prepara
a la ciudadanía para ser crítica, activa y responsable
ante los contenidos audiovisuales que recibe
(Aguirre-Sala, 2013; Ballesteros-Velázquez, 2010).
En esta línea, resulta clave apelar a la responsabilidad
de la institución educativa y la sociedad tecnológica,
una necesidad que se acrecienta cuando
las redes y la tecnología están avanzando de forma
continua y constante. Este avance lleva intrínseca
una complejización de la totalidad de aspectos
derivados de la era digital (Ranzólin, 2018) y demanda
la conversión del usuario en “prosumidor”
de contenidos (Carrero & Contreras, 2014). En
este contexto sociocomunicativo resulta imprescindible
el alcance de conductas responsables que
se desarrollen con base en las competencias digitales
y mediáticas que capacitan al usuario para la
adecuada creación de contenidos críticos, responsables
y creativos. La tarea de producción constructiva
y autónoma inicialmente se consideraba
propia de emisores críticos (Aguaded, 2012; Gozálvez
& Contreras, 2014) si bien no es exclusiva
de los emisores, sino que corresponde también a
los productores, es decir el conjunto de usuarios
digitales que deben convertirse en prodiseñadores
de contenidos (Hernández-Serrano, Renés-Arellano,
Graham & Greenhill, 2017).
Con el fin de alcanzar este objetivo resulta fundamental
la integración de los medios en la enseñanza,
una inmersión que ha de producirse desde edades
tempranas y que debe realizarse desde una doble
óptica: como recurso e instrumento del aprendizaje,
ya que se relaciona no solo con el alumnado
sino también con su forma de aprender,-semejante
a la que se produce fuera del ámbito escolar- y
por otra parte, como objetivo mismo del aprendizaje,
al ofrecer instrumentos que posibiliten la
interpretación y procesamiento de los contenidos
que reciben a través de los medios. Con todo ello
se auspicia favorecer el desarrollo del pensamiento
reflexivo tan necesario en la sociedad de la información
y del conocimiento (Ortega-Ruiz, Casas &
Del Rey, 2014). Por todo ello, resulta fundamental
considerar nuevos retos culturales, sociales y educativos
que permitan la introducción de formas de
enseñanza que capaciten al usuario, desde edades
tempranas para enfrentarse a la comprensión, creación,
gestión y distribución de contenidos, una formación
que ha de conducir a la convivencia tanto
en el ambiente presencial como en el virtual. (Sánchez-
Teruel & Robles-Bello, 2016).
En este contexto, la educación se enfrenta a nuevos
retos adquiriendo un papel clave como mediadora,
para ello debe apoyarse en el uso de las
nuevas técnicas y estrategias metodológicas, sin
dejar de lado la adquisición de conocimientos. En
definitiva, ha de superarse la mera transmisión
vertical central y unidireccional de contenidos; en
el contexto audiovisual y digital más reciente, la
educación debe cumplir una función comunicativa,
horizontal, descentralizada, multidireccional
e interactiva. Este cambio define la necesidad de
reflexión sobre la transformación de la educación,
en general y de forma particular la educación mediática
que se propone como resorte para empoderar,
no solo al alumnado sino además al profesorado.
Asimismo, tal necesidad justifica el hecho
de que antes de entrar en la escuela, los menores
toman contacto con los medios adquiriendo de
este modo, una alfabetización informal básica.
Teniendo presente estos hechos, la educación formal
no debe alejarse de la realidad y que el profesorado
ha de contar con las habilidades necesarias
para no incurrir en acrecentar la brecha digital
que puede establecerse entre el ambiente escolar
y el social de donde proviene el alumnado (Chamorro-
Crisaldo, 2018). Para ello, se propone que
desde la escuela se apueste por la educación que
tiene como centro el aprendizaje significativo que
se construye sobre destrezas ya adquiridas y la alfabetización
mediática del alumnado que subraya
el potencial educativo de las TIC en los contextos
intra y extra escolares.
La realidad justifica que la investigación que se
presenta se apela al uso de buenas prácticas como
forma de desarrollo de la expresión crítica desde
edades tempranas. Una expresión que se va cimentando
durante toda su vida y que permitirá
el alcance de la competencia critica, necesaria
en una sociedad hipercomunicada, (García-Avila,
2017; Johnson et al, 2016). Este desarrollo se
prevé creciente y continuo a lo largo de la vida
de los más pequeños, por ende, se apela al “life
long learning» (Longworth, 2005) que permitirá
el alcance de la competencia crítica (Caldeiro &
Aguaded, 2015; Tirado & Ventura, 2009) propia
de la ciudadanía que convive en la sociedad
hipercomunicada (Regil, 2014) y propia de quienes
deben desarrollar nuevas miradas (Cabero &
Marín, 2014).
En la sociedad líquida (Bauman, 2004) el conocimiento
se ha vuelto inestable y dinámico (Cabero,
2018) por tanto resulta necesario el desarrollo de
nuevas formas de aprendizaje y es imprescindible
disminuir la brecha de conocimiento que irremediablemente
se establece entre la educación formal
que se imparte en las instituciones educativas
y la informal a la que, desde edades tempranas
estamos expuestos. La realidad justifica el interés
por caracterizar el término educomunicación en
relación con el desarrollo de la competencia mediática
que ha de alcanzarse mediante la adecuada
alfabetización digital y cognitiva.
Además, centra el interés el análisis de la legislación
educativa, concretamente del contexto gallego
en España y revisar buenas prácticas existentes
para desarrollar la conciencia crítica, autónoma y
responsable a edades tempranas.
Educomunicación y alfabetización en el contexto
digital actual
Educación y comunicación son dos disciplinas
que inicialmente discurrían de manera independiente
si bien, conforme se ha ido complejizando
el entramado socio-comunicativo, la situación se
ha visto modificada de forma determinante. Para
(Barbas, 2012; Gregorio-Chaviano, 2018) es un
campo interdisciplinar y transdisciplinar que integra
dos disciplinas la educación y comunicación.
En este sentido, desde finales de la década
de los ochenta del pasado siglo la UNESCO ha
comenzado a preocuparse por políticas de comunicación
en diferentes países. Asimismo, pedagogos
como Freinet a comienzos del siglo pasado
han apostado por la enseñanza de forma activa.
En este sentido, el autor ha sido pionero al sugerir
la introducción de la comunicación en el ámbito
educativo con el fin de transformar el método
memorístico. De esta forma, se ha situado como
uno de los precursores a la hora de proponer una
nueva forma de enseñar similar a la que hoy en
día se demanda. Posteriormente, continuando
con esta misma filosofía Freire (1997) se ha referido
a la post-alfabetización, un aspecto destacado
puesto que, según indica, más allá de la transmisión
de conocimientos y la acumulación de los
mismos, es necesaria su comprensión.
En este sentido, es posible afirmar de forma rotunda
que estos objetivos se adelantaban a aquellos
propios de la sociedad digital en el sentido de
que demandaban un cambio hacia un rol activo
del alumnado. Asimismo, apuntaban una necesidad
que a lo largo de los años se confirma, el hecho
de que el profesorado se convierta en un guía,
un mentor que ayuda al discente a construir su
propio conocimiento y a crecer en el mismo. Un
hito que requiere de nuevas formas de enseñanza,
aplicación de estrategias y metodologías que sirvan
para poner en marcha buenas prácticas en las
cuales la tecnología y el trabajo activo, colaborativo
y participativo alcanzan un peso fundamental.
En esta línea, diferentes organizaciones de carácter
internacional como es el caso de la UNESCO
establecen, según puede leerse en su página web
(https://bit.ly/2TKTTzP), la necesidad de empoderar
a la ciudadanía a través de diferentes alfabetizaciones
que han sido definidas, en diversas
ocasiones, como múltiples (Area M. & Ribeiro P.,
2012; Tyner, Gutiérrez & Torrego, 2015). Se trata
de conocimientos que permitan avanzar de lo
sólido a lo líquido. Una necesidad de la que debe
hacerse eco, de forma indiscutible, la educación,
tanto del alumnado como la del propio profesorado
(Bergomás, 2019; Fernández, 2015). Sin duda
alguna, el profesorado no puede permanecer ajeno
a los cambios derivados de la ingente cantidad
de tecnología que, de manera exponencial, prolifera
en el ecosistema audiovisual más reciente.
Actualmente, la mayor parte de las comunicaciones
son mediadas por tecnologías, por ello la
educación mediática adquiere un valor clave en
el contexto académico y el social en general. Esta
necesidad se acentúa en un momento en el cual
asistimos al “desarrollo de procesos educativos,
mediante los cuales las personas se dotan de herramientas
básicas para manejar automáticamente
y con consciencia crítica la información y la cultura
de la sociedad en la que se encuentran inmersos”
(Rodríguez-Fueyo, 2008). En este contexto,
resulta necesario focalizar las energías en la formación
ciudadana en materia mediática y evitar
así, caer en la bruma de la ambigüedad extrema
y generalizada Buckingham (2005). Además de
ello, “La educación mediática es necesaria para
alfabetizarse y dialogar con los medios para que
los discentes interaccionen entre sí y también con
el profesorado” (Hergueta, 2017, p.21). Esta alfabetización
corresponde por partida igual a la educación
y la comunicación que existen de forma
indisoluble. Ambas disciplinas y sus profesionales
han de favorecer y promover el alcance de “visiones
más amplias y reflexivas y trazar recorridos
complejos es tarea de educadores, con una mirada
democrática y un espíritu de aprendizaje y de innovación
que nos acerque y no nos aleje” (Quiroz,
2010, p. 202). En definitiva, la educación mediática
y la alfabetización digital deben auspiciar el
desarrollo de personalidades autónomas, responsables
y críticas. Sujetos capaces de comprender y
diseñar contenidos audiovisuales que subrayen el
valor de la interrelación social y cívica.
Competencia digital y formación docente para
el alcance de “prosumers” críticos
Con el fin de que la ciudadanía en general y los
más jóvenes en particular superen la “infoxicación”-
sobrecarga informativa que está expuesto
el usuario-, (Aguaded, 2014) y, se comuniquen e
interrelacionen en el contexto digital surge la necesidad
de alcance de la competencia digital. De
forma general se entiende esta como una habilidad
de carácter teórico-práctico que busca no solo capacitar
para localizar información y seleccionarla,
sino además para comunicarla de modo adecuado.
Esta competencia pretende además que quienes la
desarrollen sean capaces de producir contenidos
audiovisuales de forma segura y han de saber resolver
algún problema con tal difusión y producción.
En definitiva, siguiendo el Marco de Competencia
Digital Docente (INTEF, 2017), un ciudadano
competente digitalmente debe desarrollar los conocimientos
que le acreditan para estar al menos
en el nivel básico de cada una de las 5 áreas que
la componen. Esta acreditación de conocimientos
permitirá, no solo a nivel español sino también
europeo, contar con las políticas necesarias para,
según señala el Informe DigCompedu (2018),
“implementar herramientas regionales y nacionales
y programas de capacitación» adaptadas a los
diferentes niveles de desarrollo».
De este modo, y teniendo en cuenta que los nativos
e inmigrantes digitales (Prensky 2001, 2005)
deben abandonar el papel de consumidores pasivos
y ser capaces de afrontar la recepción de contenidos
audiovisuales de forma crítica se propone su empoderamiento con el fin de que se conviertan
en “prosumidores» activos (Sachez-Carrero &
Contreras, 2012) o más bien en “prodiseñadores
de contenido» (Hernández-Serrano, Renés-Arellano,
Graham & Greenhill, 2017).
Para que este objetivo se alcance resulta clave el
papel de las familias como agentes formativos
fundamentales en la sociedad digital. Desde esta
perspectiva, tan importante es la labor de la escuela,
como lo es la de las familias, pues en ausencia
de pautas educativas, constructivas y orientadoras,
surgen situaciones indeseadas que perjudican
el bienestar emocional de los más jóvenes y
las relaciones con sus iguales. Por tanto, se hace
imprescindible alcanzar un equilibrio que además
de tratar de evitar los riesgos busque apoyar
actuaciones que supongan compartir tiempos y
criterios en los ámbitos familiar y escolar “para
hacer más potentes las relaciones, más intensos los
conocimientos y más adecuadas las comunicaciones,
para construir la ciberconvivencia en la red»
(Avilés-Martínez & García-Barreiro, 2018, p.6)
A la luz de los hechos, la legislación educativa
contempla la participación familiar como un elemento
fundamental en el proceso de aprendizaje.
Concretamente en el ámbito gallego, al que
nos referimos en esta investigación, en el decreto
330/2009, de 4 de junio, por el que se establece
el currículo de la educación infantil en la Comunidad
Autónoma de Galicia se hace referencia al
proceso educativo de esta etapa y a la participación
y colaboración familiar. En este contexto
conviene hacer hincapié en uno de los factores
más influyentes en las relaciones interfamiliares,
la presencia y el uso de los medios de comunicación
y las nuevas tecnologías de la información,
ya que “la convergencia ha dado pie a un enriquecimiento
progresivo en cuanto a la cantidad de
dispositivos, mecanismos y formas de expresión
que acaban estando a disposición de los ciudadanos
y ciudadanas” (Ferrés, 2008, p.66).
La nueva generación de niños y jóvenes, no posee
los mismos lenguajes de comunicación que sus
progenitores, ya que viven y se comunican chateando,
descargando canciones, compartiendo información,
navegando por Internet, entre otros,
mientras que sus padres/madres aprenden de una
manera más paulatina a conocer las nuevas tecnologías
y posteriormente a emplearlas. Por cuestiones
económicas en gran parte de los casos y de
poco conocimiento en otros. De forma general
los adultos quedan desvinculados de las apetencias
y necesidades de los menores, esto, causa en
la educación familiar inquietudes, desequilibrios
y problemas, ya que los adultos no conocen las
verdaderas necesidades de sus hijos e hijas, y de
este modo, es más complicado poder ayudarles o
apoyarles en su aprendizaje. En este contexto se
justifica la falta de comprensión de los mayores
hacia la afición que sus hijos demuestran por determinados
modos de estudiar o divertirse.
En esta línea resulta importante destacar que, en
la mayor parte de los casos, las personas adultas no
están preparadas para leer, entender, comprender,
utilizar y cuestionar el lenguaje icónico, lo que dificulta
la enseñanza de sus menores a encarar el
mundo de las nuevas tecnologías de la educación.
Por todo ello, se infiere básico e imprescindible
que los padres y madres tomen conciencia y busquen
subsanar sus carencias formativas. Carencias
derivadas del hecho de que las familias no se involucran
en el acercamiento por parte de sus hijos
a las nuevas tecnologías convirtiéndolos de este
modo en huérfanos digitales (Junta de Andalucía,
1987, p.3). A la luz de estos hechos resulta
preocupante la situación ya que, sin un referente
de comportamiento claro, los menores no sabrán
enfrentarse a los dilemas que se les planteen. Además
de ello, serán más propensos a desarrollar
hábitos de convivencia digital poco saludables y,
estarán más expuestos a potenciales riesgos que
no favorecen la e-inclusión.
Con el fin de frenar, en la medida de lo posible, tales
riesgos y dificultades se propone la implicación
de las familias, ya que, es en este contexto donde
el aprender tiene un significado importante y especial
que hay que entender muy bien para darse
cuenta del valioso papel que desempeña en la vida
digital. En este sentido no se puede olvidar que en
el contexto social más reciente la mayor parte de
los niños y adolescentes, pasan más tiempo con
el profesorado y con los medios de comunicación
que con su familia, por lo que es importante que
el tiempo que estén con la familia, ésta, pueda
educarles mediáticamente, ya que su responsabilidad
es en primer lugar la aceptación de los medios
y seguidamente la utilización que se hace en ellos
con finalidad de ser un soporte para el cambio social.
En cualquier caso, se trata de una tarea múltiple
donde la familia educa para la participación,
siendo los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías de la información apoyos clave para
alcanzarlo, ya que, “la socialización de los jóvenes
por los medios sociales de comunicación es un fenómeno
irreversible“ (Frau-Meigs 2011).
Por todo esto, el alcance de niveles elevados de
competencia digital se erige como una necesidad
clave que deben asumir los diferentes agentes
formativos sean o no académicos. Esta realidad
certifica el hecho de que “los adultos juegan un
papel muy importante en tres aspectos principales:
como formadores o responsables directos de
su alfabetización digital; como acompañantes o
referentes a los que los niños pueden pedir ayuda;
y como ejemplo de modelos de comportamiento»
(Vélez, Napal & Mendioroz, 2018). Por tanto, el
desarrollo de la competencia digital por parte de
los agentes de referencia contribuirá de forma clave
al empoderamiento y alcance de la ciudadanía
mediática prosumidora (García-Ruiz, Ramírez &
Rodríguez, 2014). Asimismo, permitirá, aprovechar
la tecnología disponible con el fin de abrir
la mente y aprender cosas nuevas (especialmente
en un momento en el que la red nos acerca a
diferentes herramientas y recursos, por ejemplo,
hobbies. Por tanto, puede afirmarse que, la totalidad
de materiales disponibles han de ser utilizados
como herramienta para enseñar a los menores
y para ayudarlos a sobrevivir y desarrollarse en la
sociedad digital.
Teniendo como referente el título de este epígrafe
no se puede dejar de lado el papel del profesorado
y la imperante necesidad de que desarrollen
niveles óptimos de competencia digital que les
permita enfrentarse a los retos de la sociedad digital.
En definitiva, la tarea formativa corresponde
en primera instancia a las familias seguido de los
educadores, es por esto que, “Tanto las familias
como los educadores precisan ser competentes
mediáticamente para poder ser un modelo personal,
profesional y social ante los menores sobre
cómo acceder reflexiva y constructivamente a la
información y el conocimiento a través de los
medios» (González-Fernández, Ramírez-García
& Salcines-Talledo, 2018, p. 301).
De lo normativo a lo práctico: ¿contamos con
experiencias reales?
Realizada la justificación y argumentación que
certifica la necesidad de intervención educativa
y formación integral por parte de la ciudadanía
en general conviene revisar aquellas prácticas que,
pese a no estar regulado en la legislación educativa
de forma explícita, se están desarrollando en pro
de la alfabetización mediática de los menores. Un
alcance que se realiza teniendo en cuenta las propias
necesidades de los menores.
Entre otras experiencias en el contexto español se
cuenta con diferentes Blogs y actividades tales que
se enmarcan en el contexto socio-digital al que se
ha hecho referencia a lo largo del estudio. En este
contexto, a la institución educativa le corresponde
educar a un alumnado eminentemente digital
para formar una ciudadanía prosumidora. Todo
ello en un contexto donde adquieren gran importancia
las experiencias mediáticas que, a edades
tempranas, ya han experimentado previamente
dado que, “el aprendizaje se logra de forma tanto
explícita como implícita, gracias a un proceso en
el que los aprendices son capaces de relacionar conocimientos
previos con la experiencia en la resolución
de problemas reales» (De la Fuente, 2014,
p.454). En este contexto, resulta imprescindible
la práctica de la educación mediática en las aulas,
estando ésta más próximo al desarrollo de un currículo
bimodal (Marqués, 2016).
En este ambiente y pese a las marcadas carencias
existen algunas experiencias que pueden verse en
la selección de recursos presentes en la Tabla 1.
Para conseguir una formación integral acorde a
los intereses y necesidades de los más jóvenes, resulta
clave introducir la educación mediática en
la etapa de educación Infantil, esta introducción
se realiza, como puede apreciarse en la tabla 1, de
diversas formas.
En primer lugar, se pueden diferenciar varios
ejemplos de diversos tipos de prácticas educativas
para el nivel de Educación Infantil. Las prácticas
educativas se entienden como experiencias cuyo
nombre surge en el contexto de la política y se
vincula al ámbito educativo y en concreto a las
prácticas docentes que integran recursos digitales
en software libre y redes de comunicación para
crear nuevos contenidos y formas de organización
escolar. Las buenas prácticas “buscan además promocionar
otros tipos de actividades educativas y
fomentar estrategias de trabajo colaborativo (De
Pablos, & Jiménez, 2007, p.18), y se entienden
como diferentes recursos que no necesariamente
tienen que identificarse con actividades a realizar
en el aula con los niños y niñas, sino que son proyectos
en los que el uso de la tecnología es la materia
dominante.
En este sentido la revisión nos muestra diferentes
prácticas que se están desarrollando en el contexto
español y también en el gallego, describiendo a
continuación estos recursos.
Blog EvoluTICvos
Proyecto integral, integrado e integrador, del
CEIP Pasico Campillo, en Lorca Murcia. En el
que se busca integrar las TIC en el aula de una
manera creativa, competencial, funcional y significativa
en todas las áreas curriculares. A través de
este blog (https://bit.ly/2SIdFet) se muestran las
distintas actividades que en esta escuela se realizan
con TIC, utilizándolo así, como método de
formación para el profesorado.
Esta iniciativa busca sumistrar ayuda tanto a los
niños y niñas como a los maestros y maestras,
proporcionando así toda la información necesaria
para ambos.
Además de los Blog existen a nivel nacional, en el
contexto español, diferentes proyectos que persiguen
el mismo objetivo, entre otros destacan:
Proyectos
a. El gran libro viajero
Iniciativa que surge del blog La Eduteca, un
proyecto en el que participan varios colegios de
diferentes ciudades de España, recogiendo la riqueza
cultural, artística y patrimonial. El principal
objetivo de “El Gran Libro Viajero” (https://
bit.ly/2Hbt1pA) es potenciar la creatividad y
favorecer que el alumnado se familiarice con el
conocimiento y la importancia de la cultura o la
tradición oral. Se trata de estimular a jóvenes para
que participen como gestores de ideas para de este
modo, desarrollar un proyecto que pretende, por
un lado, enriquecer la cultura y su vocabulario, y
por otro, que descubran y conozcan nuevas formas
de aprender.
Cada uno de los centros que participa en este proyecto,
recibe el libro para trabajar con el alumnado
de su clase, a través de la presentación del
mismo y seguidamente de la escritura de unas 3
páginas en las que discentes y profesorado tendrán
que describir su colegio, su ciudad, o su cultura y
que podrán realizarlo de manera libre, es decir,
usando pictogramas, dibujos, textos o fotografías.
La estancia del libro en el colegio, junto con las
actividades realizadas, es grabada y fotografiada,
ya que en el momento en el que el libro se va
del colegio, los profesores son entrevistados para
conocer la experiencia. El seguimiento y conocimiento
de la experiencia de cada uno de los colegios,
está en el blog del propio libro, haciendo así
que tanto alumnos como profesores sean autores
y participantes de un proyecto en el que sin duda
la inclusión de las TIC es relevante.
b. Experiencias con el robot Cubetto
Proyecto que surge de la mano del Colegio Base
de San Sebastián de los Reyes (Madrid), ya que en
él se trabaja la programación y la robótica dentro
de la etapa de educación infantil.
Este proyecto, consiste en la utilización de un pequeño
robot de madera que se mueve por medio
de unas piezas de plástico de colores en un tablero
de control separado.
Con este planteamiento, el alumnado de educación infantil aprende a trabajar de forma colaborativa,
conoce y desempeña diferentes roles dentro
del grupo, aprendiendo así, cuáles son las funciones
de un diseñador, un programador y un depurador.
La introducción de la tecnología con esta iniciativa
ha generado múltiples y diversas actividades
en las que se pueden trabajar diversos temas, favoreciendo
así la educación en medios basada en
el control únicamente del alumnado.
Además de las prácticas a nivel nacional, en el
contexto autonómico, concretamente en la Comunidad
de Galicia, se están llevando a cabo iniciativas
centradas en el aprendizaje teórico-práctico
y su aplicación a la vida diaria.
Propuesta metodológica “Eu cociño, ti cociñas”
alimentación saludable y currículo
Llevada a cabo en un aula del 2º ciclo de educación
infantil del CEIP Sigueiro de Oroso (A Coruña)
en la que, no solo el alumnado se dedica a
aprender de manera descontextualizada las distintas
destrezas y contenidos, si no que a través de los
alimentos y la elaboración de recetas se desarrollan
los distintos aspectos del Decreto 330/2009,
de 4 de junio, por el que se establece el currículo
de la educación infantil en la Comunidad Autónoma
de Galicia. (https://bit.ly/2kcUVVM).
La propuesta metodológica “Eu cociño, ti cociñas”
alimentación saludable y currículo, se describe
en la Tabla 2 se centra en varias actividades
divididas en bloques:
Este planteamiento sigue la filosofía del aprendizaje
por competencias, entendidas como habilidades
teórico-prácticas (OCDE, 1997), habilidades cuya
base se sitúa sobre la construcción significativa del
conocimiento que proporciona al alumnado un
nuevo modo de aprender que no se limite a recordar
nociones, sino se comprendan y apliquen. Esta
aplicación se vincula con todo tipo de experiencias,
recursos y herramientas para facilitar la comprensión
de los diferentes núcleos temáticos propuestos
en el currículo Una necesidad que resulta relevante,
de forma especial en la etapa de educación infantil,
cuando se sientan las bases de los futuros conocimientos
en la edad adulta.
MATERIALES Y MÉTODOS
Participantes
La población de estudio es el análisis documental
basada en una revisión bibliográfica a través de
bases de datos tales como: Dialnet, Scielo, WOS,
SCOPUS, haciendo un total de artículos 95 encontrados
que formaron parte de la población.
Los artículos seleccionados han sido mayoritariamente
en español si bien se han consultado algunos
en lengua inglesa. La selección de la muestra
se realizó considerando los siguientes criterios:
1. Aplicación de los descriptores: sociedad digital,
educación, educación infantil, legislación,buenas prácticas, como criterio de inclusión.
2. Criterio de exclusión de los años 2013- 2018,
es decir, desde la implantación en España de
la LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la
Calidad Educativa) hasta la actualidad. Pese a
todo, en las referencias figuran materiales anteriores
dada la necesidad de justificar la continuidad
y origen de los modelos pedagógicos
que demanda la sociedad digital.
Una vez realizado el análisis de la población
(N=95) se obtuvo un muestreo no probabilístico,
por conveniencia, teniendo en consideración los
criterios de inclusión y exclusión, obteniéndose
como muestra 54 artículos.
Instrumento
La recolección de datos se hizo con una rejilla de
indicadores, (López, 2016) en el que se seleccionaron
tres criterios:
1. Indicadores bibliométricos: publicación por
año, base de datos, país de estudio.
2. Términos de búsqueda: Descriptores de la temática
a analizar
3. Selección de los documentos: Criterios inclusión
y exclusión
Tipo y Diseño
La investigación es de tipo descriptiva, ya que se
busca caracterizar el término educomunicación
en relación con el desarrollo de la competencia
mediática que ha de alcanzarse mediante la adecuada
alfabetización digital y cognitiva. (Hernández,
Fernández & Baptista, 2014)
Además, centra el interés en analizar la legislación
educativa, concretamente del contexto gallego en
España y revisar buenas prácticas existentes para
desarrollar la conciencia crítica, autónoma y responsable
a edades tempranas.
La metodología hace referencia a aspectos de diferente
nivel de concreción dentro del proceso de
investigación (Montero & León, 2005), en este
estudio se realiza una revisión documental y posterior
reflexión sobre los aspectos clave mencionados.
Procedimiento
El estudio se realizó de una manera secuencial y
organizada por etapas. Como se puede observar
en la Figura 1.
RESULTADOS
El análisis de resultados se hizo desde dos vertientes:
a) Desde un carácter descriptivo bibliométrico
y b) Desde el aspecto conceptual y teórico,
como se muestra en la Figura 2.
Las experiencias descritas en los apartados anteriores
se realizan en un marco normativo donde la
educación mediática queda relegada a la transversalidad
y la interdisciplinariedad, especialmente
en la legislación educativa de la etapa de Infantil.
A Grosso modo puede afirmarse que esta situación
se repite tanto en el contexto español, con
la entrada en vigor de la LOMCE, como en el
gallego puesto que la legislación de la etapa de
educación infantil no recoge el término “educomunicación”
en ningún caso. En este sentido,
conviene señalar que La ley Educativa vigente
hasta el año 2013, Ley Orgánica 2/2006 de 3 de
mayo de Educación, define en su artículo 6, el
currículo entendido como el conjunto de competencias
básicas, contenidos, métodos pedagógicos
y criterios de evaluación. Sin embargo, no hace
mención a la educación mediática ni en medios
ni a la alfabetización tecnológica. Pese a las diferentes
modificaciones no se aprecian, en esta línea,
cambios notables. La modificación de 2013
afecta únicamente a un artículo que cambia varios
artículos de la antigua LOE. Una situación que
conduce al desarrollo de la Ley Orgánica 8/2013,
9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa,
es decir, la LOMCE. En ésta el currículo
de Educación Infantil, está comprendido concretamente
por tres áreas de conocimiento: conocimiento
de sí mismo y autonomía personal;
conocimiento del entorno y el área de lenguajes:
comunicación y representación. Se trata de áreas
en las que se subraya la necesidad de que, desde
el primer ciclo, se haga hincapié en el desarrollo
de la autonomía de los niños y niñas, y la creación
de los primeros vínculos sociales junto con
la conquista del lenguaje, aspectos que adquieren
un valor relevante en la sociedad digital donde es
necesario desarrollar las competencias necesarias
para comprender los contenidos y producirlos de
forma responsable y autónoma. En este sentido,
además de fomentar una primera toma de contacto
con la lectura, la escritura y con experiencias
de iniciación temprana en habilidades numéricas
básicas, se requiere de un contacto marcado con
las tecnologías de la información y la comunicación
y la expresión visual y musical. Objetivos
que pueden alcanzarse a través del desarrollo de
las estrategias y metodologías que recoge la (Tabla
1). Actividades a través de las cuales es posible introducir
la alfabetización mediática en la primera
infancia de forma divertida a la par que efectiva.
En definitiva, puede afirmarse que, las buenas
prácticas educativas, lo son si forman parte de
ellas alumnos, profesores y familias, unos y otros
han de conseguir desarrollar un nivel adecuado
de competencia mediática. Una tarea que, dado
su carácter transversal debe desarrollarse entre los
ámbitos familiar y escolar puesto que, alfabetizar
corresponde en primer lugar a la familia y la tarea
debe continuarse en la escuela.
Esa situación no es exclusiva de España, según
nuestros datos en Latinoamérica también es preocupación
de los investigadores la relación efectiva
de la tecnología y la familia en relación con
la educación, es así como mostramos en la Tabla
3 las investigaciones orientadas en el tema, cosa
que nos invita a seguir impulsando este tipo de
iniciativas. Se puede notar en España se realizan
aproximadamente 62 % de trabajos de investigación
en el tema en estudio en comparación con
Latinoamérica en ese año.
En la Tabla 4 se constatan los tipos de trabajos y
la cantidad de ellos que realizan en España y latinoamericano.
Se aprecia la diferencia en los tipos
de trabajos que se desarrollan en cada uno y en
cual base de datos fue publicada, tal es el caso de
España donde podemos encontrar artículos Latindex,
capítulos de libro, acta de congreso y tesis
doctoral. A diferencia de los artículos publicados
en las bases de datos Scielo y Scopus fueron desarrollados
con más éxito en Latinoamérica que
España.
La Tabla 4 refleja los tipos de trabajos y la cantidad
de ellos que realizan en España y latinoamericano.
Se puede notar la diferencia en los tipos de
trabajos que se desarrollan en cada uno y en cual
base de datos fue publicada, tal es el caso de España
donde podemos encontrar artículos Latindex,
capítulos de libro, acta de congreso y tesis doctoral. A diferencia de los artículos publicados en las
bases de datos Scielo y Scopus fueron desarrollados
con más éxito en Latinoamérica que España.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Es de resaltar, de acuerdo a lo analizado en la revisión
bibliográfica, que la educomunicación se
erige como una nueva vertiente en la educación
de los niños y jóvenes al ser esta integradora de diversas
competencias. Habilidades que los jóvenes
han tenido que desarrollar de forma inexcusable.
Esta realidad implica el fomento de nuevas políticas
públicas acordes con los múltiples cambios
generados en este siglo. Un hecho que constata
Aparici (2010) al mencionar que la educomunicación
contempla múltiples lenguajes y medios,
al permitir realizar una comunicación personal,
grupal y social que integra una formación con
sentido crítico e inteligente frente a los procesos
comunicativos y sus mensajes.
En otro orden de hechos y, según se desprende
de la legislación educativa vigente en España y en
Galicia, hoy en día no existen directrices curriculares
concretas ni políticas educativas claras que
amparen la educación mediática como una disciplina
con entidad propia. Tanto en el contexto nacional
como en el autonómico, como ha podido
apreciarse anteriormente, se están llevando a cabo
experiencias que sirven de modelo y que ejemplifican
el interés y necesidad de alfabetización por
parte de los menores al tiempo que certifican la
necesaria formación de los docentes, especialmente
los de edades tempranas.
Por otra parte, la escasa cantidad de prácticas
educativas que se desarrollan no solo en estos dos
ámbitos sino también en los contextos europeo
e incluso en el latinoamericano, se requiere de
un cambio pedagógico por parte del profesorado
que, además de adquirir niveles óptimos de competencia
digital ha de enseñar según el modelo de
competencias que proponía la OCDE (1997), en
este sentido el profesorado debería utilizar, por
ejemplo, la gamificación de los contenidos para,
por ejemplo, favorecer “el desarrollo de la lectura
dentro del entorno mediático y digital» (Torres,
Romero, Pérez & Björk, 2016, p. 37) y para
alfabetizar a los discentes según sus necesidades
(Peñalva & De-Casas, 2018). En este contexto el
docente ha de modificar su rol de transmisor de
contenidos para trabajar con nuevas metodologías,
estrategias que contribuyen a reducir la posible
brecha digital y por otro lado preparan al
alumnado para que pueda enfrentarse a la sociedad
donde tendrá que desarrollarse, donde tendrá
que ser capaz de encarar situaciones derivadas de
un irregular uso de la tecnología tales como diferentes
tipos de acoso; así como los diversos tipos
de lenguajes y formas de comunicación y aprendizaje
que se están dando con el advenimiento de
las tecnologías (Fernández, 2015).
Para finalizar, la realización de esta investigación
permite señalar, de forma general, las características
de las prácticas educativas que están vinculadas
con el fin o propósito, “en la acción intencional”,
el “saber qué hacer”. Un hecho que debe tener
en cuenta que se convierte en “saber cómo” de
forma más directa, es decir, el tener en mente lo
que se quiere conseguir estará íntimamente unido
al cómo lograr lo que se desea obtener” (Ospina
& Montoya, 2017). Asimismo, se constata la
importancia de llevar a cabo prácticas educativas
en las que los niños y niñas, no sólo las ejecuten,
sino que han de interiorizarlas de modo que la
formación en medios no solo sea completa sino
también eficaz.
Para ello resulta clave el trabajo conjunto de la
escuela y la familia para favorecer una adecuada
alfabetización y desarrollo de la competencia digital
que capacita, en este caso, al menor para su
adecuado desarrollo.
Con el fin de alcanzar este objetivo sería deseable
el trabajo conjunto entre ambos agentes educativos
y se considera deseable que, por ejemplo,
la escuela pudiese proporcionarles a las familias,
además de materiales didácticos, un seguimiento
detallado de sus hijos acorde a su formación y al alcance
y desarrollo de sus conocimientos. Con esta
iniciativa se contribuiría a favorecer la conexión y
fluidez entre ambas partes y contribuiría además
al mejor aprendizaje de los menores. Es también
sensible la necesidad de incrementar las iniciativas
de investigación en esta área para incrementar la
cobertura de esta información y así reconocer y
aplicar métodos y herramientas en lengua española,
favoreciendo así a España y Latinoamérica. El
crecimiento sostenido desde 2015 al 2017 debería
continuar influenciado con la masificación de
herramientas y equipos portátiles como teléfonos
inteligentes y tablets que facilitar el desarrollo de
proyectos de investigación orientados a develar el
importante número de interrogantes presentes en
este nuevo escenario educativo.
En síntesis y como última reflexión, se considera
imprescindible un cambio en la metodología, que
consiga que la inclusión de las TIC sea completa
y absoluta.
Agradecimientos
Este trabajo se ha elaborado en el marco de Alfamed
(Red Interuniversitaria Euroamericana
de Investigación en Competencias Mediáticas
para la Ciudadanía), con el apoyo del Proyecto
I+D+I Coordinado “Competencias mediáticas
de la ciudadanía en medios digitales emergentes
(smartphones y tablets): practicas innovadoras y
estrategias educomunicativas en contextos múltiples”(
EDU2015-64015-C3-1-R) (MINECO/
FEDER), la “Red de Educación Mediática” del Programa Estatal de Investigación Científica-Técnica
de Excelencia, Subprograma Estatal de Generación
de Conocimiento (EDU2016-81772-
REDT), financiados por el Fondo Europeo de
Desarrollo Regional (FEDER) y Ministerio de
Economía y Competitividad de España. Y en el
Marco del I+D de la Universidad de Cantabria
“Competencia mediática en la sociedad digital
para la participación crítica de la ciudadanía
(UC2016-GRE-01)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Aguaded, I. (2014). From Infoxication to the Right to Communicate.
Comunicar, 42, 07-08.
https://doi.org/10.3916/C42-2014-a1
- Aguirre-Sala, J. (2013). Nuevos alcances de la participación
ciudadana a través de las redes sociales. Culturales, 1(2),
119-150. Recuperado de
https://bit.ly/2IOeHG9
-Apararici, R. (2010) Educomunicación: Más allá del 2.0.,
Barcelona, Gedisa.
- Area, M. & Ribeiro, M.T. (2012). From Solid to Liquid:
New Literacies to the Cultural Changes of Web 2.0. Comunicar,
38, 13-20.
https://doi.org/10.3916/C38-2012-02-01
- Avilés-Martínez, J. & García-Barreiro, J. (2018). Ciberconvivencia
y ciudadanía digital. Revista digital de la Asociación
CONVIVES. 22.
- Ballesteros Velázquez, B. (2010): “Educación y medios”. In
Aguado, T. (Coord.): Diversidad e igualdad en educación,
pp. 277-316, UNED, Madrid
- Barbas, A. (2012) Educomunicación: desarrollo, enfoques y
desafíos en un mundo internconectado. Foro de Educación,
10 (14), 157-175.
- Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. FCE: Argentina.
Recuperado de
https://goo.gl/zQL632
- Bergomás, G. (2019). Las alfabetizaciones múltiples como
eje de la formación docente. Razón y Palabra, 63. Recuperado
de
https://bit.ly/2tCqwoz
- Buckingham, D. (2005). Educación en medios: alfabetización,
aprendizaje y cultura contemporánea. Barcelona: Paidós.
- Cabero, J. (2018). Tic y educación en la sociedad del conocimiento.
In Ortiz-Colón, A. & Ortega-Tudela, J.M.(cords)
(2018). Tecnologías en entornos educativos. Madrid: Paraninfo.
PMCid:PMC5920066
- Cabero-Almenara, J. & Marín-Díaz V. (2014). Miradas sobre
la formación del profesorado en TIC, Enl@ce. Revista
Venezolana de Información, Tecnología y Conocimiento,
11(2). 11-24. Recuperado de
https://bit.ly/1G09Ber
- Caldeiro, MC. & Aguaded-Gómez, J. (2015). «Estoy aprendiendo,
no me molestes» la competencia mediática como
forma de expresión crítica de nativos e inmigrantes digitales.
Redes.com, 12. Recuperado de
http://goo.gl/2ORkf1
- Caridad-Sebastián, M. & Ayuso-García, M. (2011). Situación
de la brecha digital de género y medidas de inclusión
en Espa-a. Investigación bibliotecológica, 25(55), 227-252.
https://doi.org/10.22201/iibi.0187358xp.2011.55.32973
- Carlsson, U. (2013). Los jóvenes en la cultura digital y mediática:
perspectivas globales y escandinavas. Analisí Monogràfic
2013. 77-94. Recuperado de
https://goo.gl/xnKjoH
- CEIP Pasico Campillo, en Lorca Murcia.
https://bit.ly/2Opj2Pm
- CEIP Sigueiro de Oroso (A Coruña). Recuperado de
https://bit.ly/2Tstbvk
- Chamorro-Cristaldo, M. (2018). Digital divide, factors
- affecting your appearance: internet access in Paraguay. Población
y Desarrollo, 24(47), 58-67.
https://doi.org/10.18004/pdfce/2076-054x/2018.024(47)058-067
-Colegio Base de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Recuperado
de
https://bit.ly/2VCaAyy
-Commision European (2018). DigCompEdu. Recuperado
de https://bit.ly/2BRoeGD-De la Fuente, J. (2014). Alfabetización
mediática: del prosumidor al profesional. Historia
y Comunicación Social, 19. pp. 451-464.
https://doi.org/10.5209/rev_HICS.2014.v19.45041
- De Pablos-Pons, J. & Jiménez-Cortés, R. (2007). Buenas
prácticas con TIC apoyadas en las Políticas Educativas: claves
conceptuales y derivaciones para la formación en competencias
ECTS, Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa,
6 (2), 15-28. Recuperado de https://bit.ly/2w9hkZD
- Díaz-Lazo, J. Pérez-Gutiérrez, A. & Florido-Bacallao, R.
(2011). Impacto de las tecnologías de la información y las
comunicaciones (Tic) para disminuir la brecha digital en la
sociedad actual. Cultivos Tropicales, 32(1), 81-90. Recuperado de
https://bit.ly/2tQ3iet
- DOG 121. DECRETO 330/2009, de 4 de junio, por el
que se establece el currículo de la educación infantil en la
Comunidad Autónoma de Galicia. Recuperado de
https://bit.ly/2kcUVVM
- Fernández, E. (2015) Educomunicación: Las tecnologías de
la información y la comunicación, en la educación. (Tesis
de grado), Facultad de Publicidad y RR.PP. Universidad de
Valladolid, España.
- Ferrés, J. (2008). La educación como industria del deseo.
Un nuevo deseo comunicativo. Gedisa: Barcelona. PMCid:
PMC2648280
- Frau-Meigs, D. (2011). Socialisation des jeunes et éducation
aux médias. Toulouse, France: Eres.
https://doi.org/10.3917/eres.fraum.2011.01
- Freire, P. (1973) ¿Extensión o comunicación? la concientización
en el medio rural. México. Siglo veintiuno editores.
- García-Ávila, S. (2017). Alfabetización Digital. Razón y
Palabra, 21 (98), 66-81. Recuperado de
https://bit.ly/2MbFNbj
- García-Ruiz, R., Ramírez, A. & Rodríguez, M. (2014). Media
Literacy Education for a New Prosumer Citizenship.
Comunicar, 43, 15-23.
https://doi.org/10.3916/C43-201
- González-Fernández, N., Ramírez-García, A. & Salcines-Talledo,
I. (2018). Competencia mediática y necesidades de
alfabetización audiovisual de docentes y familias españolas.
Educación XX1, 21(2), 301-321,
https://doi.org/10.5944/educxx1.16384
- Gozálvez, V. & Contreras, P. (2014): Empoderar a la ciudadanía
mediática desde la educomunicación. Comunicar, 42, 129-136.
https://doi.org/10.3916/C42-2014-12
- Gregorio-Chaviano, O. (2018) Análisis de la educomunicación
como campo de investigación en desarrollo: una aproximación
bibliométrica. Paper, III Congreso Internacional,
Competencias Mediáticas, Medellín, Colombia.
- Hergueta Covacho, E. (2017) Educación mediática. Propuesta
metodológica para el desarrollo de la competencia
mediática en la práctica educativa. Programa de doctorado
en comunicación y educación en entornos digitales.
- Hernández, R., Fernández, C. & Baptista, P. (2014). Metodología
de la Investigación. México: McGraw-Hill.
- Hernández-Serrano, M., Renés-Arellano, P., Graham, G.
& Greenhill, A. (2017). From Prosumer to Prodesigner:
Participatory News Consumption. Comunicar, 50, 77-88.
https://doi.org/10.3916/C50-2017-07
- Hobbs, R. & Coiro, J. (2019). Design Features of a Professional
Development Program in Digital Literacy. Journal l of
Adolescent & Adult Literacy, 62 (4). 401–409.
https://doi.org/10.1002/jaal.907
- INTEF (2017). Marco Común de Competencia Digital
Docente. Recuperado de
https://bit.ly/2EwAu0O
- Johnson, L., Adams Becker, S., Cummins, M., Estrada, V.,
Freeman, A. & Hall, C. (2016). NMC Informe Horizon
2016 Edición Superior de Educación. Austin, Texas: The
New Media Consortium.Recuperado de
https://bit.ly/2HdbWcW
Junta de Andalucía (1978). Educar para proteger. Guía de
formación TIC para padres y madres de menores de 3 a 11
años. Recuperado de
- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Recuperado
de
https://bit.ly/2tE8hPC
- Ley Orgánica 8/2013, 9 de diciembre, para la Mejora de
la Calidad Educativa, LOMCE. Recuperado de
https://bit.ly/2hnUxTt
- Longworth, N. (2005). El aprendizaje a lo largo de la vida
en la práctica. Barcelona: Paidós.
- López, A. (2016) Tesis de la actividad científica de la técnica
psicológica de rejilla a través de indicadores bibliométricos.
(Tesis doctoral). Universidad Nacional de Educación a Distancia,
España. Recuperado de
- Marqués, P. (2016). Síntesis de las investigaciones realizadas
entre 2011 y 2016: ¿por qué conviene aplicar el CURRÍCULUM
BIMODAL? Recuperado de
https://bit.ly/2TfeSye
- Mendoza-Ruano, J., & Caldera-Serrano, J. (2014). Umbrales
para la determinación de la brecha digital: comparativa
entre regiones desarrolladas. Transinformação, 26(2), 125-
132.
https://doi.org/10.1590/0103-37862014000200002
- Montero, I., & León, O. (2005). Sistema de clasificación
del método en los informes de investigación en Psicología.
International Journal of Clinical and Health Psychology, 5
(1), 115-127.
- OCDE. (1997). La definición y selección de competencias
clave. Recuperado de